Hacer manualidades es una forma genial de pasar un rato. Se desarrolla la imaginación, creatividad y fomenta la concentración. Está científicamente comprobado que las manualidades ayudan a los más pequeños en su proceso de aprendizaje. ¿Por qué? Pues porque les ayudan a desarrollar la imaginación, a trabajar (sobre todo esto) la creatividad hasta niveles inimaginables y están muy vinculadas con el juego. Y es que, este último motivo es avalado por docentes, científicos y padres para facilitar la asimilación de conceptos en los niños. Y, además, está recogido en la Declaración de los Derechos del Niño como un derecho de la infancia.